Madrid, 8 de enero de 2021 (AP).— Una ventisca persistente y fuera de lo común cubrió de nieve gran parte de España, paralizando el tránsito y dejando a miles atrapados en autos, estaciones de trenes y aeropuertos, que suspendieron sus operaciones mientras la nieve seguía cayendo el sábado.
Las primeras víctimas oficiales de la borrasca Filomena fueron un hombre y una mujer, cuyos cuerpos fueron recuperados por el servicio de emergencia de la región de Andalucía después de que su coche fuera arrastrado por un río crecido cerca de la localidad de Fuengirola.
La nevada también dejó imágenes insólitas para muchos madrileños. Algunos se atrevieron a salir a la calle con sus equipos de esquí y recorrieron la principal avenida comercial de Madrid, la Gran Vía, y la Puerta del Sol, y hubo hasta un trineo tirado por perros, según videos que circulaban por redes sociales.
Madrid y 10 provincias del centro de España activaron por primera vez la alerta roja por mal tiempo y movilizaron al ejército para rescatar a los ocupantes de los vehículos atrapados en pequeñas carreteras o grandes autovías.
Sandra Morena, que quedó atrapada el viernes por la noche cuando se trasladaba a su turno de noche como guardia de seguridad en un centro comercial, llegó a casa a pie después de que una unidad de emergencia del ejército la ayudara el sábado por la mañana. Dijo que su traslado regular en coche, de 15 minutos, se convirtieron en “12 horas duras”.
“Mucho frío, sin comida, sin agua, gente llorando y la gente se ha quedado atrapada allí, sin saber cuándo vamos a poder salir”, afirmó.
“Es muy bonita la nieve, pero ya te digo, cuando se pasa toda la noche enterrada bajo la nieve es muy desagradable”, añadió.
La agencia meteorológica nacional (AEMET) había advertido que en algunas regiones la nevada duraría más de 24 horas por la extraña combinación de una masa de aire frío estancada sobre la Península Ibérica y la llegada de la borrasca Filomena, más cálida, desde el sur.
Según la previsión de la AEMET, en algunas zonas se esperaban hasta 20 centímetros (unas 8 pulgadas) de nieve, pero se alcanzaron los 50 cm incluso en áreas urbanas, añadió la agencia. Se espera que la tormenta avance hacia el noreste a lo largo del sábado, dijo.
Más de 1.000 vehículos quedaron atrapados en Madrid, la mayoría en las carreteras de circunvalación de la ciudad y en la autopista que va hacia las regiones de Castilla La Mancha y Andalucía, en el sur del país, dijo Carlos Novillo, director de la agencia de emergencias de Madrid.
“La situación continúa siendo de alto riesgo. Estamos ante un fenómeno muy complejo y una situación muy crítica. Pedimos a estos conductores que tengan paciencia, que vamos a llegar a todos y ponerlos a salvo”, afirmó el sábado por la mañana en un mensaje publicado en redes sociales.
El operador aeroportuario AENA anunció que el aeropuerto internacional Adolfo Suárez Madrid-Barajas —el principal puerto de entrada y salida del país— permanecerá cerrado durante todo el día ya que la ventisca impedía que máquinas y los operarios mantuvieran las pistas limpias.
Todos los trenes con origen y destino en Madrid, tanto de larga distancia como de cercanías, además de las conexiones con el sur y el noreste de España, quedaron suspendidos, explicó Renfe.
La tormenta causó graves alteraciones o cerró más de 430 carreteras en todo el país el sábado en la mañana, según las autoridades de tráfico, que pidieron a la población que se quede en casa y evite los desplazamientos no esenciales.
El tiempo invernal suspendió incluso la jornada de Liga ya que algunos equipos no pudieron viajar para disputar los juegos programados.
Un vuelo que llevaba a Athletic Bilbao a Madrid tuvo que regresar al aeropuerto de Bilbao, mientras que Real Madrid no pudo despegar desde Barajas para su juego del sábado en la noche contra Osasuna en Pamplona.
Lucía Vallés, entrenadora de un club de esquí madrileño que normalmente tiene que viajar a montañas lejanas con sus clientes, se emocionó al ver las capas blancas de nieve acumulándose literalmente en la puerta de su casa.
“Nunca, nunca me lo habría imaginado. Ha sido un regalo ¡Pero nunca me habían sacado tantas fotos!”, añadió mientras pasaba por el edificio de finales del siglo XVIII que alberga el Museo del Prado.