Londres, 21 de febrero de 2022 (Reuters).- El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo el lunes que pondría fin a todas las restricciones por el coronavirus en Inglaterra, incluido el autoaislamiento obligatorio para las personas con COVID-19 y las pruebas gratuitas, lo que provocó el escepticismo de algunos científicos y opositores políticos.
El plan «vivir con COVID» de Johnson ha despertado la alarma de que es prematuro y dejará al país vulnerable a nuevas variantes virales, pero el gobierno dice que ha proporcionado más pruebas que la mayoría de los demás países y ahora debe reducir el costo.
El plan para deshacerse de las restricciones legales restantes es una prioridad para muchos de los legisladores del Partido Conservador de Johnson, cuyo descontento por su liderazgo plagado de escándalos ha amenazado su control del poder. Algunos críticos piensan que el plan también es un intento de desviar la atención de esos escándalos.
Gran Bretaña ha informado de 160.000 muertes por COVID-19, el séptimo número de muertes más alto del mundo.
A medida que Hong Kong construye unidades de aislamiento y Europa mantiene las reglas de vacunación y distanciamiento social, Johnson se está moviendo para derogar cualquier requisito pandémico que afecte las libertades personales, diciendo que es hora de que el público asuma la responsabilidad.
Se apoyará aún más en el lanzamiento de vacunas de refuerzo, con el gobierno ofreciendo dosis de refuerzo adicionales a los más vulnerables, así como otras intervenciones farmacéuticas como tratamientos antivirales.
“Las restricciones suponen un alto costo para nuestra economía, nuestra sociedad, nuestro bienestar mental y las oportunidades de vida de nuestros hijos, y ya no tenemos que pagar ese costo”, dijo Johnson al parlamento.
“Así que aprendamos a vivir con este virus y sigamos protegiéndonos a nosotros mismos y a los demás sin restringir nuestras libertades”.
Johnson dijo que el requisito legal de autoaislamiento para las personas que dan positivo por COVID se eliminaría el 24 de febrero, mientras que las pruebas universales gratuitas finalizarían el 1 de abril.
Las administraciones descentralizadas de Escocia, Gales e Irlanda del Norte han establecido sus propias restricciones de COVID-19, pero la cantidad de dinero que tienen que gastar en las pruebas se derivará de las decisiones que tome el gobierno del Reino Unido.