López Obrador con la menor tasa de aprobación de iniciativas desde 1917

México, 27 de Mayito.- Una nota estratégica del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado, arrojó que 4 de cada 10 iniciativas que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador no prosperaron, es decir, no se dictaminaron o, en su caso, no fueron aprobadas por una de las cámaras del Congreso de la Unión.

En el trabajo titulado “La tasa de aprobación de las iniciativas del Ejecutivo Federal 2018-2024: entre el gobierno dividido y la falta de oficio político”, concluye que entre 2018 y 2024, se registró la menor tasa de aprobación de iniciativas enviadas por el titular del Ejecutivo Federal al Congreso desde 1917, ello a pesar de que el de López Obrador fue un gobierno que contó con la mayoría simple en ambas cámaras.

La tasa de aprobación de las iniciativas del presidente López Obrador fue del 63.36 por ciento, frente a un 79.84 por ciento de Enrique Peña Nieto; 79.55 por ciento de Felipe Calderón y 74.70 por ciento de Vicente Fox.

Según la nota del (IBD) entre 1917 y 2000 la tasa de aprobación de las iniciativas del Ejecutivo fue superior al 98 por ciento.

La falta de mayorías calificadas por un lado y, por el otro, factores como la confrontación, la falta de planeación, la poca disposición para negociar (“no cambiar ni una coma”) y el uso de las iniciativas con intenciones electorales, contribuyeron a disminuir la eficiencia legislativa del presidente López Obrador.

“Desde el punto de vista institucional, la configuración de las fuerzas políticas y, específicamente, la falta de mayorías calificadas, ayudan a explicar por qué no prosperaron cuatro de cada 10 iniciativas del presidente López Obrador”, apunta el estudio.

La nota refiere que el “hecho de que los gobiernos que le precedieron hayan registrado tasas de aprobación mayores, pese a contar con menos legisladores en el Congreso, apunta que el oficio político, entendido como la capacidad del gobierno para generar acuerdos, también es determinante para la viabilidad de la agenda legislativa del Ejecutivo”.

Entre el 1 de diciembre de 2018 y el 8 de mayo de 2024, el presidente López Obrador envió 101 iniciativas al Congreso de la Unión, de las cuales 64 fueron aprobadas y publicadas en el Diario Oficial de la Federación.

Destacan cinco reformas constitucionales, la expedición de 10 nuevos ordenamientos (incluyendo leyes de ingresos) y la declaración de tres años para conmemorar a personajes históricos.

Es importante tener en cuenta que hay reformas y leyes de la agenda legislativa del gobierno que no fueron formalizadas a través de una iniciativa del Ejecutivo Federal, sino que fueron presentadas por el grupo parlamentario de Morena, ya sea para agilizar el proceso legislativo, o bien para facilitar la construcción de acuerdos con el resto de las fuerzas políticas.

En este rubro destacan las reformas constitucionales en materia educativa, la que dio origen a la Guardia Nacional, la prisión preventiva oficiosa, de revocación de mandato, así como la Ley de Austeridad Republicana y las leyes secundarias para la implementación del Tratado de Libre Comercio de México-Estados Unidos y Canadá (T-MEC), todas ellas aprobadas durante el primer trienio de la administración.

Las 64 iniciativas del Ejecutivo que fueron aprobadas representaron apenas el 11.8 por ciento del total de decretos aprobados por la LXIV y LXV Legislaturas coincidentes con la administración del presidente López Obrador.

De las 37 iniciativas del presidente López Obrador que no fueron aprobadas por el Congreso, 32 quedaron en comisiones pendientes en lo que coloquialmente se le llama la “congeladora legislativa”.

Se trata de instrumentos que fueron rechazados de facto, aunque no fueran formalmente desechados por medio de una votación.

En este rubro se encuentran iniciativas que fueron formalmente presentadas por el grupo parlamentario de Morena a fin de posibilitar la dispensa de trámites, pero cosa importante es que también se encuentran las 20 iniciativas que presentó el presidente el 5 de febrero pasado, como parte del llamado “plan C”.