París, 29 de julio.- Rafael Nadal firmó su despedida de París 2024.
Su adiós olímpico en el cuadro individual y, posiblemente, su final competitivo, superado por el tipo con el que ha mantenido la mayor rivalidad que se recuerda en el mundo de la raqueta, el serbio Novak Djokovic, que aprovechó su mejor situación física y su adecuado rodaje aún en las pistas para sellar, sin paliativos, sin concesión, en el territorio natural del español, una ansiada victoria, por 6-1 y 6-4 que le asienta en París 2024.
Fue el trigésimo primer triunfo del serbio ante el español en los cara a cara que han mantenido a lo largo de la historia.
Pero el más doloroso. Nadal ganó en veintinueve. El treinta nunca estuvo cerca. Alivia esta contundente victoria las cuentas pendientes en arcilla, en la Phillipe Chatrier, del balcánico, que se quedó con el regusto amargo del partido que perdió hace algo más de dos años, en el Roland Garros del 2022, en la última cita hasta ahora entre ambos y que llevó al balear a la conquista de su último título del Grand Slam.