México, 31 de julio.- Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, previó que la deuda pública será del 48.6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador concluya su gestión el 1 de octubre, 4.9 puntos porcentuales más que al comienzo.
Ramírez de la O, quien se mantendrá en su puesto cuando asuma la mandataria electa, Claudia Sheinbaum, expuso que durante el sexenio de López Obrador ha sido una tarea diaria buscar el equilibrio del ingreso y gasto.
“Esta medida está presentada de manera sucinta en una meta, entre otras, no es la única, de que la deuda pública se mantenga estable en un nivel, hoy está en 48.6 por ciento del producto interno bruto y esta es la cifra que va a presentar el presidente al terminar su Administración”, declaró.
El aumento de la deuda como proporción del PIB durante la gestión de López Obrador es menor al de los sexenios de Enrique Peña Nieto (2012-2018), cuando se elevó 8 puntos porcentuales, y de Felipe Calderón (2006-2012), cuando subió 7.4 puntos, según lo expuesto por el secretario de Hacienda.
Ramírez de la O enunció que la gestión financiera se ha basado en cuatro pilares: el apoyo a los ingresos familiares, desarrollo regional, reforzamiento de la oferta y las finanzas públicas.
“Este modelo de equilibrio es totalmente mexicano, es de esta Administración, no sigue ninguna regla internacional ni ninguna receta, es totalmente hechura de esta Administración y con el liderazgo del presidente López Obrador”, sostuvo.
En el eje de ingresos familiares destacó un aumento del salario mínimo de 114 % durante el sexenio y un monto de 36 mil millones de pesos para la pensión universal a adultos mayores.
En desarrollo regional, reportó una inversión de más de 5 billones de pesos en obras de infraestructura, como el Tren Maya, aeropuertos, el Corredor Interocéanico del Istmo de Tehuantepec, carreteras, obras hidráulicas y refinación de petróleo.
Mientras que en reforzamiento de la oferta mencionó el impulso al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el garantizar que haya suficientes ingresos tributarios, la simplificación fiscal y el control en los precios de la gasolina cuando sea necesario.
“Impulsamos la demanda, pero también queremos impulsar la oferta, la oferta se impulsa a través de dar certidumbre a quienes tienen que tomar decisiones económicas y estas certidumbres se da con las herramientas que tiene la Administración”, comentó.