“El Mayo” Zambada fue secuestrado cuando iba a reunirse con gobernador de Sinaloa y Héctor Cuén

México, 10 de agosto.- Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, declaró que “no me entregué, me secuestraron”, en una declaración difundida a través de su abogado, Frank Pérez, reportó Los Angeles Times.

Detalló que fue emboscado cuando esperaba reunirse con Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa y Héctor Melesio Cuén Ojeda, político asesinado el día de la detención del capo, junto con Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

“El Mayo” especificó que “no llegué voluntariamente a Estados Unidos. No tuve ningún acuerdo con cualquier gobierno. Al contrario, fui secuestrado y llevado a Estados Unidos contra mi voluntad”.

En el mensaje, el cofundador del Cártel de Sinaloa detalló que “Joaquín Guzmán López me pidió asistir a una reunión para ayudar a resolver unas diferencias entre líderes políticos en nuestro estado”.

“Estaba al tanto de una disputa en curso entre Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa y Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex congresista federal».

“El Mayo” añadió que le dijeron que también estaría presente Iván Guzmán Salazar. Este último también es otro de los hijos de «El Chapo».

En el comunicado, Ismael Zambada refirió que ese 25 de julio fue al rancho y centro de eventos Huertos del Pedregal, afuera de Culiacán, donde iba a ser la reunión.

Detalló que llegó antes de la hora pactada, las 11:00 am, y vio a hombres armados vestidos con uniforme militar verde, los que asumió como parte de Joaquín Guzmán y sus hombres.

“El Mayo” dijo que iba acompañado por cuatro escoltas, dos de los cuales quedaron afuera del perímetro de seguridad.

“Los dos que entraron conmigo eran José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hacía mucho tiempo”, especificó.

Al caminar hacia el área de la reunión, de acuerdo con “El Mayo”, dice que vio a Héctor Cuén y a uno de sus ayudantes, a los cuales saludó brevemente antes de entrar a un cuarto que tenía una mesa con frutas.

“Vi a Joaquín Guzmán López, a quien conozco desde que era joven, y me hizo gestos para que lo siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y los involucrados, lo seguí sin vacilar. Fui dirigido a otro cuarto oscuro”.

“En cuanto entré a ese cuarto, fui emboscado”, señaló “El Mayo” en el comunicado. “Un grupo de hombres me asaltó, me tiraron al piso y me pusieron una capucha de color oscuro en la cabeza. Me amarraron y esposaron. Luego me obligaron a subir a la caja de una camioneta”.

Detalló que “fui sometido a abuso físico, lo que resultó en serias heridas físicas en mi espalda, rodillas y muñecas”.

“Luego me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado”, citó.

Siguió que para entonces “Joaquín le quito la capucha de la cabeza y me ató con bridas al asiento”. Mencionó que en el avión iban él, Joaquín y el piloto.

Especificó que el vuelo duró cerca de dos horas y media a tres horas, “sin ninguna parada hasta que llegamos a El Paso, Texas”.

Añadió que en la pista agentes del gobierno federal estadounidense lo custodiaron.

Enfatizó que “la noción de que me rendí o cooperé es completa e inequívocamente falsa. Me trajeron a este país a la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad”.

Sobre la muerte de Héctor Cuen Ojeda, añadió que conoce la versión oficial de que asesinado el 25 de julio en una gasolinería por dos hombres en una motocicleta, que buscaron robar su camioneta, pero dice que eso no pasó, “él fue asesinado al mismo tiempo y en el mismo lugar de donde fui secuestrado”.

Añadió que Héctor Cuén era un viejo amigo y lamenta su muerte, además de las desapariciones de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez, los que no han sido vistos desde entonces.

“El Mayo” llamó a los gobiernos de México y Estados Unidos a ser “transparentes y brindar la verdad acerca de mi secuestro a Estados Unidos, y acerca de las muertes de Héctor Cuén, Rosario Heras, Rodolfo Chaidez, y cualquier otro que haya muerto ese día”.

También, lanzó un llamado “a la gente de Sinaloa a usar la moderación y mantener la paz en nuestro estado. Nada puede ser resuelto por la violencia. Hemos pasado por ese camino antes y todos pierden”.