En México no hay estudios sobre “nomofobia” o ansiedad por no tener contacto con el celular

México, 23 de febrero de 2018.- La Secretaría de Salud informó al Senado que no se tienen ni se han desarrollado estudios clínicos sobre la nomofobia en México, es decir, la sensación de nerviosismo, malestar, ansiedad o angustia cuando se pierde contacto con un teléfono celular o una computadora.

En respuesta a una solicitud de información promovida por el senador del Partido del Trabajo-Morena, David Monreal Avila, la dependencia refiere que la nomofobia no está clasificada en el capítulo de Trastornos Mentales y del Comportamiento y que realizar una investigación de campo sobre sus consecuencias, particularmente, en la población joven, llevaría al menos un año de realización pues se requieren recursos humanos y de apoyo.

El término nomofobia deriva del inglés “no mobile phone fobia” y se empleó por primera vez en 2008.

Según la Secretaría de la Salud el creciente uso del teléfono celular forma parte de un proceso de integración más amplio de las tecnologías de la información y la comunicación en todo el mundo, lo que permite que haya un flujo instantáneo y continuo de información.

En la última década se incrementó exponencialmente el número de personas que poseen y emplean un teléfono celular, alcanzando en el 2009 el 67 por ciento de la población mundial, principalmente, en el grupo de 15 a 24 años, generando cambios importantes en la forma de comunicación, relaciones interpersonales, movilidad, entre otros.

Información recopilada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el reporte “Uso del celular al volante un problema creciente de distracción del conductor”, afirma que las distracciones ocasionadas por el uso del celular se relacionan con mayor riesgo de sufrir accidentes viales hasta cuatro veces más.

En el caso de los peatones, el uso de celular también supone un riesgo para la seguridad, como al cruzar las calles.

Estudios realizados en ambientes de realidad virtual han mostrado que usar el teléfono móvil eleva la distracción de los peatones a un nivel que los pone en riesgo, dificulta el cruzar las calles y hace que se camine más lentamente mientras se tiene una llamada, incluso más que cuando se escucha música.