México, 12 de marzo de 2018.- En México el 27.7 por ciento de las mujeres de 20 a 49 años que habitan en las regiones más pobres, se casó o unió antes de los 18 años.
El estudio “Matrimonio Infantil y Uniones Tempranas en México”, realizado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado, señala que las niñas y adolescentes de las regiones más pobres del país, se ven mayormente afectadas por el matrimonio infantil y las uniones a temprana edad.
Es la región sur de la República la que concentra la mayor proporción de población viviendo en condiciones de pobreza y tiene los mayores índices de matrimonio infantil.
Según datos de la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres (ENIF 2015), el 27.7 por ciento de las mujeres de 20 a 49 años que habitan en esta región, se casó o unió antes de los 18 años y cerca de 19 por ciento de las adolescentes entre 15 a 19 años estaban ya casado o unido.
Las estadísticas oficiales sobre nupcialidad en México muestran una tendencia decreciente en el número de matrimonios de niñas y adolescentes menores de 19 años, los cuales pasaron de cerca de 34 por ciento en 1995 a 12.7 por ciento en 2016.
Sin embargo, datos de la ENIM 2015 muestran que la proporción de las mujeres casadas o en unión antes de los 18 años aumentó gradualmente con el tiempo.
Así, mientras 26.1 por ciento de las mujeres de 20 a 24 años se casó o unió antes de los 18 años, sólo 21.5 por ciento de las mujeres mayores de 45 años inició su vida conyugal antes de cumplir la mayoría de edad.
El matrimonio infantil, dice también el documento, es una práctica que afecta mayormente a las niñas y adolescentes de hogares indígenas debido a que cerca
de 35 por ciento de las mujeres de 20 a 49 años inició su vida conyugal antes de los 18 años, en contraste con 23 por ciento de mujeres no indígenas.
Sólo n 22 entidades federativas los códigos civiles o familiares establecen la edad mínima de 18 años para contraer matrimonio, sin excepción o dispensa.
Matrimonios de este tipo, explica la investigación, vulneran una serie de derechos, entre ellos, el derecho a la salud de las niñas y adolescentes, el derecho a la educación, el derecho a su bienestar y a disfrutar su infancia y, en general, el derecho a desarrollarse plenamente en todos los ámbitos de la vida.
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