Moscú, 19 de marzo de 2018 (AP) — El presidente ruso Vladimir Putin obtuvo un cuarto período presidencial con casi el 77% de los votos, su mayor porcentaje hasta la fecha y un abultado mandato para impulsar sus políticas nacionalistas por seis años más.
Los resultados casi definitivos publicados el lunes muestran que los otros siete candidatos estaban muy detrás del presidente reelecto.
Observadores denunciaron votos ilegales y una presión inédita a la ciudadanía para que fuera a votar, pero ello difícilmente hará mella en la legitimidad del mandato de Putin dada su amplia popularidad y su férreo control sobre la política nacional.
Con el 99,8% de los votos escrutados, la Comisión Central Electoral anunció que el comunista Pavel Grudinin llegó en un distante segundo lugar con 11,9% seguido por el ultranacionalista Vladimir Zhirinovsky con 5,7%. El único candidato que criticó abiertamente a Putin durante la campaña, la estrella de televisión Ksenia Sobchak, recibió apenas 1,7%.
El único rival serio de Putin, el líder opositor Alexei Navalny, quiso postularse pero las autoridades se lo prohibieron, un caso que muchos consideraron con fines políticos.
La comisión electoral dijo que la concurrencia fue de 67%, pero esa cifra es cuestionable ya que muchos rusos reportaron que se les obligaba a ir a votar y numerosas denuncias de irregularidades.
Putin nunca se ha enfrentado a una amenaza seria a su régimen desde que llegó al poder al comenzar el nuevo milenio. En las elecciones del 2000 obtuvo el 53% de los votos, 71% en el 2004 y 64% en el 2012.
La sólida victoria seguramente le dará más confianza para impulsar sus políticas de desafío a Occidente.
Las elecciones tuvieron lugar en medio de tensiones reminiscentes a la Guerra Fría. Gran Bretaña acusó recientemente a Moscú de orquestar un atentado con una sustancia tóxica contra un ex doble agente ruso en suelo británico, y abundan las denuncias de que Rusia interfirió en las elecciones presidenciales estadounidenses del 2016.
Las acusaciones de hecho consolidaron el apoyo de Putin a nivel interno, pues muchos rusos lo consideran su defensor frente a un mundo hostil, y la encarnación del resurgimiento del poderío ruso en el escenario internacional.
Su victoria era algo tan sabido de antemano que Putin dio sólo unas escuetas declaraciones al declararse victorioso y no reveló nada sobre sus planes a futuro.
“¡Nos espera un glorioso futuro!”, expresó Putin ante multitudes que lo aclamaban y coreaban “¡Rusia” ¡Rusia!”. La oposición, entretanto, se encontraba en aprietos.
Navalny había pedido boicotear las elecciones pero ello no parece haber recibido mucha atención entre los rusos. El domingo a la noche acusó a Sobchak de ser partidaria del Kremlin, y ella respondió afirmando que Navalny empleó una retórica polarizante que le quitó votos a ella. El lunes ninguno de los dos dio declaraciones, y su futuro está sumido en la incertidumbre.