Pflugerville, Texas, 21 de marzo de 2018 (AP).– Mientras el equipo especial de la policía lo cercaba, el sospechoso de los ataques con explosivos que aterrorizaron a Austin durante tres semanas utilizó uno de sus dispositivos para hacerse estallar. Sin embargo, la policía advirtió que pudo haber dejado más bombas antes de morir, por lo que pidió a la ciudad mantenerse en alerta.
Mark Anthony Conditt, un desempleado que había abandonado sus estudios universitarios y que compró los materiales para sus bombas en una tienda Home Depot, fue rastreado por medio de videos de vigilancia, señales de teléfono celular y relatos de testigos que describieron a un cliente de aspecto extraño que hacía sus compras disfrazado, con una peluca rubia y guantes. Sus motivos siguen siendo un misterio.
La policía finalmente ubicó al sospechoso de 23 años de edad el miércoles en un hotel de un suburbio al norte de Austin. Los agentes se prepararon para realizar el arresto, y una vez que la camioneta del sospechoso se movilizó, lo siguieron.
El vehículo de Conditt cayó a una zanja al lado del camino y los agentes tácticos se aproximaron. Fue entonces que detonó el explosivo dentro de la camioneta, relató el jefe de policía de Austin, Brian Manley.
La policía descubrió en su teléfono celular una grabación de video de 25 minutos, que Manley dijo que considera una “confesión” de los atentados. En el video se describen a detalle las diferencias entre los dispositivos, comentó.
“Es el clamor de un joven muy perturbado que habla sobre los desafíos en su vida”, dijo Manley sobre la grabación.
Las autoridades no señalaron de inmediato si es que Conditt actuó solo en las cinco explosiones en la capital de Texas y los suburbios de San Antonio, que causaron la muerte de dos personas e hirieron a otras cuatro.
Los investigadores difundieron pocos detalles sobre Conditt, salvo su edad y que era de raza blanca. Vecinos del sospechoso afirman que cursó sus estudios en casa. Posteriormente asistió al Austin Community College entre 2010 y 2012 pero no se graduó, de acuerdo con una portavoz de la universidad.
En publicaciones que datan de 2012, un bloguero que se identificaba a sí mismo como Mark Conditt, residente de Pflugerville, escribió que el matrimonio gay debería ser ilegal. También pidió la eliminación de los registros de agresores sexuales y argumentó a favor de la pena de muerte. Entre sus intereses citó el ciclismo, el tenis y escuchar música.
“La homosexualidad no es natural. Solo miren los cuerpos del hombre y la mujer. Obviamente están diseñados para ser una pareja”, escribió Conditt respecto al matrimonio entre personas del mismo género.
Jay Schulze, residente de Pflugerville, dijo que estaba trotando la noche del martes cuando un vehículo policiaco lo detuvo y le preguntó sobre los estallidos. Afirmó que la policía voló drones sobre la casa de Conditt durante unas seis horas entre la tarde del martes y la mañana del miércoles.
Schulze describió la vivienda como “una casa extraña en donde entraba y salía mucha gente”, y un poco abandonada.
Un vecino que vio a Conditt crecer, dijo que siempre le pareció inteligente y educado. Jeff Reeb dijo que ha vivido junto a la casa de los padres de Conditt durante unos 17 años y los describió como buenos vecinos. Conditt visitaba a sus padres con cierta regularidad.
La familia de Conditt emitió un comunicado en el que señala que “no tenían idea de la oscuridad en la que Mark debió estar”. Su tío, Mike Courtney, describió a su sobrino como un “cerebrito de las computadoras”, inteligente y amable.
Desde el 2 de marzo se registraron cuatro explosiones en Austin. Primero estallaron paquetes dejados a la entrada de las casas, posteriormente se dejó una bomba con un cable trampa cerca de un sendero público. Un quinto paquete bomba detonó el martes en un centro de distribución de FedEx cerca de San Antonio.
El representante Michael McCaul dijo que el “error fatal” de Conditt fue entrar en un establecimiento de FedEx para enviar el paquete, ya que eso les permitió a las autoridades obtener el video de vigilancia en donde aparecen él y su vehículo, incluyendo la matrícula. A partir de ese momento, los investigadores pudieron identificar al sospechoso y eventualmente rastrearlo a través de su teléfono celular.
La policía advirtió que es posible que haya más bombas por ser encontradas.
“No sabemos dónde pasó este sospechoso sus últimas 24 horas, y por ello aún es necesario que seamos vigilantes para asegurarnos de que no se dejaron otros paquetes o dispositivos en la comunidad”, dijo Manley.
Para la tarde del miércoles, funcionarios federales dijeron que tenían un “razonable nivel de certidumbre” de que no había más paquetes bomba, pero exhortaron al público a mantenerse alerta por si acaso.
En la casa de Conditt se recuperaron explosivos caseros. Dos de sus compañeros de vivienda fueron detenidos para ser interrogados. Uno fue dejado en libertad posteriormente.