México, 23 de abril de 2018 (Notimex).- El Estadio Azul, construido en 1946 y anteriormente llamado Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes, vio pasar a grandes equipos y jugadores de alto nivel; sin embargo, nunca celebró un título ni con Atlante ni con Cruz Azul. Ahora será demolido para dar paso a una plaza comercial.
El inmueble, junto con la Plaza de Toros, fue un proyecto de la década de los cuarenta construido para que la capital contara con un área para la práctica deportiva, denominada “Ciudad de los Deportes”, pero que no se pudo llevar a cabo.
Sobre la grama de dicho escenario pasaron equipos como América, Necaxa, Atlante, Cruz Azul, y los argentinos Boca Juniors y River Plate, que enfrentaron a “La Máquina Celeste” en duelos de la Copa Libertadores a principios de los años dos mil.
De la misma forma, jugadores como el exastro argentino Diego Armando Maradona, el alemán Jürgen Klinsmann y el portero guaraní José Luis Chilavert, quienes asistieron al partido de despedida del exdelantero celeste Carlos Hermosillo el 19 de marzo de 2002.
Los argentinos Lionel Messi, Martín Palermo y el exarquero Roberto Abbondanzieri; el brasileño Romario, así como el defensa uruguayo Diego Lugano también jugaron en el Azul con los “Amigos de Messi” ante las “Estrellas del Mundo” en 2011.
Todos esos equipos y jugadores dieron, en su momento y de alguna u otra forma, alegrías a los aficionados que acudieron al escenario de la colonia Noche Buena a ver los partidos, a presenciar las grandes hazañas de futbolistas de gran nivel.
Pero los aficionados que habitaron por 22 años no pudieron disfrutar de las mieles de ver levantar un título de su equipo en este escenario, el cual no fue sede mundialista en las copas de futbol México 70 y México 86.
De esta situación da cuenta Manuel Rosario García Jiménez, de 55 años de edad y aficionado a “La Máquina Celeste” desde los ocho años, y quien presume haber visto la consecución de los ocho títulos con que cuenta el club.
“Siento mucha tristeza (que Cruz Azul se vaya y que tiren el estadio), porque ha sido el lugar donde se junta la familia, gente que apoya, que lucha, que se enoja y se desespera, pero se unen para apoyar al equipo”, dijo al borde del llanto.
“Estamos con ellos en los triunfos y las derrotas, siempre unidos con todas las familias que vienen, se da esa unión, no nos desconocemos, nos sentimos como en casa; es un sentimiento muy triste que se vaya el equipo y que tiren el estadio”, añadió con los ojos húmedos.
Entonces le brota el sentimiento celeste que lleva dentro desde los ocho años y agrega, “ya no estarás aquí, pero seguirás en mi corazón y en mi recuerdo, todo lo que nos diste en este estadio: triunfos y derrotas, pero no el éxito total de levantar el título”.
También le invade la melancolía de no haber visto que el equipo de sus amores haya levantado un título en la grama del estadio que está por desaparecer, y desearía cambiar algunos de los buenos momentos que vivió aquí por verlo sostener un cetro.
“Melancolía por no haber celebrado un título con el equipo en el estadio. No levantar un título en el Azul significa muchos pesares, muchos sentimientos. Hubiéramos querido ver que lo levantara en otra parte, como lo hizo en León. Tengo fe de que así será”.
“No queremos golizas sino triunfos, yo cambiaría el gol de Enzo Roco que le dio el empate ante Pumas, y el quinto tanto contra Pachuca, de Ángel Mena, que me dieron una alegría inmensa, por verlos levantar el título, lo haría con todo gusto”, afirmó.
Ahora que se ve en el horizonte el estadio Azteca como su futura casa mientras la directiva celeste encuentra un lugar dónde construir la propia, el fiel aficionado confía en que ahí Cruz Azul vuelva a reverdecer laureles, como lo hizo en su época gloriosa.
“Cuidado con Cruz Azul, cuando juegue en el Azteca, que nos ha sentado muy bien, se va a demostrar la capacidad, y jóvenes y niños van a ser recompensados con triunfos, de aquí a unos años más levantarán una copa”, finalizó esperanzado con la vista clavada en el cielo azul de la mañana en entrevista en La Noria.
Desde dentro, muchos jugadores y exjugadores estarán con el mismo sentimiento y quien puede hablar por ellos es el exportero de “La Máquina” Alberto Aguilar, quien acompañó al equipo en sus partidos en el Azul y al frente de la femenil.
“Es un sentimiento de nostalgia, por todo lo que envuelve al estadio con el equipo como su anfitrión en cada partido; se siente uno nostálgico, con cierta desesperanza y tristeza que tengan que derribarlo.”
El también exentrenador de porteros con la Selección mexicana de futbol recordó que, cuando laboraba para Tuzos de Pachuca, le quitaron el título a Cruz Azul en aquella final del Torneo de Invierno 1999, con gol de oro de Alejandro Glaría.
“Yo estaba con Pachuca en el primer título de Tuzos, en el cuerpo técnico de Javier Aguirre, y le ganamos a Cruz Azul, con gol de oro de Glaría, son episodios de la vida futbolística de un equipo, de un deporte en un estadio como el Azul.”
Ese mismo sentimiento del timonel del conjunto femenino de “La Máquina” lo llevan también sus jugadoras, que aunque jugaron muy poco en ese escenario lo sintieron como suyo al pertenecer a la institución que les dio la oportunidad de vestir la playera celeste, y del cual se despidieron con tristeza.
Una vez que algo o alguien termina, se apaga su voz, como ocurrirá con el Estadio Azul y sus voces que hablaron por el recinto en cada partido, al anunciar las alineaciones, los cambios, las tarjetas de amonestación o expulsión, y también gritaron gol, pero nunca el “Cruz Azul es campeón en el Estadio Azul”.
Heriberto Vázquez Muñoz, voz del estadio desde 1996 y quien compartió micrófono con Diana de la Vega algunos años, y Jaime González Gasca, la voz desde 2006, callaron con la partida de Cruz Azul y el anuncio de la desaparición del inmueble.
“En la vida hay que evolucionar, la ciudad está en pleno movimiento, no me sorprende nada. Esto es como en Nueva York: toda la vida ves andamios porque la ciudad está viva y este escenario tiene 70 años”, explicó Vázquez Muñoz.
Recordó cómo en los alrededores del inmueble todo era piedra y milpas y ahora luce impecable, por lo que no entiende cómo es que va a desaparecer el estadio más viejo del país y eso lo tiene con sentimientos encontrados.
“Son sentimientos encontrados, qué lástima que pase, pero cuando uno ve que el Bernabéu lo acababan de remodelar y a los cinco años otra vez, tenía que pasar en este estadio, se lo comió la ciudad. Siento que se puede ir algo de esencia, pero Cruz Azul es más que eso.”
Sin embargo, el haber estado atrás del micrófono fungiendo como la vos del Estadio Azul le dio dos satisfacciones, aunque no haya visto coronarse en este escenario al equipo de sus amores, que ante Monarcas Morelia jugó su último partido en este escenario.
“Son dos cosas, creí que iba a morir sin poder hacerlo: anunciar a Jesús Corona, que venía de ser campeón olímpico, y César Villaluz, campeón del mundo Sub 17 con la Selección nacional, en un cambio; se caía el estadio.”
Como todo aficionado a un equipo, el locutor de profesión tuvo en Eladio Vera a su ídolo y disfrutó con ver a jugadores como Diego Armando Maradona y Lionel Messi, pero también fue parte del sufrimiento del seguidor celeste.
“El asunto de hacer esto e irle al equipo nos ha hecho ser parte del sufrimiento del aficionado a Cruz Azul, nos queda la frustración de lo que pudo haber sido, pero siempre lo diremos con la mirada al frente: para equivocarse o perder la final, hay que estar ahí.”
El mismo sentimiento trae González Gasca, quien tiene 12 años de ser la voz del Azul, al señalar que por ahí pasaron equipos como América, Necaxa y Atlante, además de que se disputaron partidos de futbol americano, como en su inauguración.
“Era el estadio de ‘la Ciudad de los Deportes’ y albergó partidos de futbol americano, por ahí pasaron América, Necaxa, Atlante, y por muchos años Cruz Azul, también se disputaron juegos de la primera fase eliminatoria para el Mundial del 94; es una tristeza enrome que desaparezca.”
Dijo que uno de sus mejores momentos fue cuando la directiva del club rindió homenaje a los jugadores de Cruz Azul de la década de los setenta en el marco del 50 aniversario del club, “jugadores todos ellos que vi cómo le daban campeonatos al equipo”.
De la misma manera que su compañero de profesión, indicó que también sufrió, al igual que los aficionados celestes, por las derrotas y fracasos del equipo y por no verlo campeón en este escenario, donde vivió de todo.
“He sufrido como trabajador, como locutor y como aficionado; he llorado, me he enojado, me he agarrado a golpes con los contras cuando hablan mal de Cruz Azul y es que no lo conocen. El sentimiento de no verlo campeón fue triste.”
Ambos locutores, las voces del Estadio Azul, esperan poder ir a donde se vaya el equipo mientras encuentra un lugar para su nuevo recinto, pues dicen que se sienten identificados con la afición y ésta los reconoce y quieren seguir fungiendo como tales.
“Si no volviera a ser la voz de Cruz Azul, diría que fue un placer, que fue el mejor trabajo como fan el haber podido cruzarme con Cruz Azul; fue maravilloso y espectacular y lo hubiera hecho gratis, Gracias Cruz Azul”, coincidieron ambas voces.
Luego de albergar el último partido de “La Máquina Celeste” el sábado 21 de abril, terminó su vida útil como la inició: con un partido de futbol americano en el marco de la final del Tazón México III de la Liga, llevado a cabo el domingo 22.
El inmueble de la colonia Noche Buena y vecino de la plaza de toros fue elegido para la realización de este partido por sus antecedentes históricos relacionados con el emparrillado nacional desde su construcción en 1946.
El Azul fue la casa de “La Máquina cementera” desde 1996 y el Torneo Clausura 2018 fue el último que disputó en él, y su demolición deja un sentimiento de tristeza, melancolía y hasta de frustración, por todo lo vivido ahí con el equipo de sus amores: el Cruz Azul.