Reto para el próximo Presidente crear 6 millones de empleos

México, 7 de mayo de 2018.- El próximo presidente de México tendrá como principal reto el de crear al menos 6 millones de empleos en 5 años y hacer crecer la economía a tasas cercanas al 5 por ciento.

Según el análisis “Algunos factores del crecimiento económico del país: Retos y oportunidades para el Desarrollo”, elaborado por el Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado uno los problemas prioritarios que tendrá que enfrentar el próximo gobierno será el del crecimiento económico sostenido.

El estudio resalta que México tendría que crecer a tasas cercanas al 5 por ciento y sostenerlas al menos por 5 años para crear entre un millón y un millón 200 mil empleos anuales, que son los requerimientos mínimos de la demanda del mercado.

Se destaca que tan sólo en la última década (2006-2017) la demanda promedio fue de casi 900 mil empleos por año.

La investigación del IBD apunta que, entre 1950 y 1982 la tasa de crecimiento anual promedio de la economía fue de 6.4 por ciento; mientras que, entre 1983 y 2018 esta ha sido de 2.3 por ciento, equivalente a tan sólo un tercio de la registrada en el lapso anterior.

Según el IBD el problema no es el crecimiento en sí mismo, sino que su dinámica sea la adecuada para las necesidades del desarrollo.

Es decir, que considere los requerimientos anuales y rezagos históricos de empleo formal, de ingreso de la población a las edades activas y, en general, de bienestar social redistributivo, objetivos que trascienden y soslayan a la propia dinámica productiva, que por sí sola no puede alcanzarlos y demandan la integración de otros mecanismos de la política económica.

De acuerdo con el análisis resulta necesaria una estrategia que permita detonar un crecimiento económico alto y sostenido que se traduzca en empleos no precarios, estables, productivos y con salarios decentes, como lo define la Organización Internacional del Trabajo.

Además, señala la investigación, deben impulsarse medidas dirigidas a incentivar el crecimiento regional y fortalecer la relación entre distribución del ingreso y política fiscal para generar estímulos dirigidos a expandir la inversión pública como soporte central del crecimiento.