Naciones Unidas, 5 de junio de 2018 (Notimex).- La representante permanente de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, acusó hoy a este organismo internacional de hipocresía e ignorancia, luego de que la Oficina para los Derechos Humanos criticara la política estadunidense de separar a niños migrantes de sus padres.
En un comunicado, Haley aseveró que “una vez más, Naciones Unidas muestra su hipocresía criticando a Estados Unidos, mientras ignora los reprobables historiales de derechos humanos de varios miembros de su propio Consejo de Derechos Humanos”.
De acuerdo con Haley, la “Oficina del Alto Comisionado (de Naciones Unidas para los Derechos Humanos) ataca con palabras a Estados Unidos por ignorancia”, debido a que, según la diplomática, este país proporciona más asistencia humanitaria a conflictos globales que cualquier otra nación.
“Seguiremos siendo un país generoso, pero también somos un país soberano, con leyes que deciden la mejor forma de controlar nuestras fronteras y proteger a nuestro pueblo. Ni Naciones Unidas ni nadie dictará cómo Estados Unidos protege sus fronteras”, fustigó Haley.
Las palabras de Haley fueron respondidas por el organismo de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), al asegurar que “Estados Unidos tiene todo el derecho a vigilar sus fronteras pero no victimizando a niños inocentes y a sus familias”.
“Las autoridades estadunidenses deberían dejar de separar a las familias como un medio para implementar sus duras y contraproducentes políticas fronterizas. Los derechos humanos se aplican en todo Estados Unidos, incluso en las fronteras internacionales”, subrayó HRW.
Horas antes, la portavoz de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Ramina Shadasani, urgió a Estados Unidos a “terminar inmediatamente con la separación de las familias”, y con una política que “criminaliza” a los migrantes en su intento de cruzar la frontera.
Shadasani aseveró que el ingreso sin documento al país debe ser considerado “como máximo” una falta administrativa, en vez de un crimen, como lo considera el gobierno del presidente Donald Trump.
Varios centenares de niños han sido separados de sus padres en la frontera sur de Estados Unidos desde octubre pasado, incluso un bebé de un año, dijo Shadasani, citando informaciones de organizaciones de la sociedad civil estadunidense.
Separar familias y detener menores de edad representa una “violación grave de los derechos del niño”, sostuvo la portavoz desde Ginebra.