Madrid, 7 de junio de 2018 (AFP).- El Ejecutivo español del socialista Pedro Sánchez, el más femenino de la historia de España, tomó posesión este jueves poniendo el acento en la igualdad de género, antes de dedicarse al reto de gobernar con un exiguo apoyo en el Parlamento.
Las once mujeres y los seis hombres del Ejecutivo del socialista, de 46 años, asumieron el control de los ministerios, hasta ahora en manos del gobierno saliente del conservador Mariano Rajoy, tumbado el viernes pasado con una moción de censura.
Antes, juraron el cargo en el Palacio de la Zarzuela, delante del rey y frente a la Constitución, pero en ausencia de símbolos religiosos, a semejanza de Sánchez, quien ya lo hizo el sábado sin la Biblia y el crucifijo, saltándose la tradición.
En el acto protocolar varios de los nuevos funcionarios se refirieron de manera reivindicativa a un «consejo de ministras y ministros».
Este gobierno, el más femenino de la Unión Europea (UE), «tiene que trabajar cada día para lo más importante de la democracia: achicar las desigualdades» entre hombres y mujeres, aseveró la nueva vicepresidenta, Carmen Calvo, tras asumir su cargo.
De hecho, la primera ley que debatirá el Congreso de los Diputados busca que los funcionarios del Poder Judicial «tengan formación en violencia de género», anunció la portavoz parlamentaria del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Adriana Lastra.
– Primeras advertencias –
La gran duda es si el Ejecutivo tendrá la capacidad de gobernar con un apoyo de apenas 84 de 350 diputados en la Cámara Baja y si podrá llegar al fin de la legislatura previsto en 2020.
Dependerá en gran medida del margen que le den Podemos (izquierda radical) y los nacionalistas vascos y catalanes, que apoyaron la moción de censura contra Mariano Rajoy, y que este mismo jueves lanzaron advertencias.
«Pasar por La Moncloa con el gobierno mas débil de la historia de España probablemente va a ser un calvario para Pedro Sánchez», lanzó en la cadena TVE Pablo Iglesias, el líder de Podemos, partido que exige más «política social».
«Claro que va a haber crispación» en la legislatura, auguró por su lado Aitor Esteban, portavoz de los nacionalistas vascos del PNV.
Para garantizar «la estabilidad», Sánchez se comprometió a gobernar lo que queda de 2018 con el presupuesto elaborado por el conservador Partido Popular y pendiente de tramitación en el Senado, que incluye un aumento de entre el 1 y el 3% de las pensiones más modestas e incrementos salariales para funcionarios.
En una España que vivió el 8 de marzo una inédita huelga feminista, Sánchez designó a mujeres en carteras muy destacadas. La fiscal antiterrorista Dolores Delgado en Justicia, la portavoz parlamentaria Margarita Robles en Defensa, Magdalena Valerio en Trabajo, Isabel Celaá como titular de Educación y portavoz del Ejecutivo…
Pero sobre todo dos mujeres dirigirán el equipo económico de su gobierno, que tendrá la prioridad de cumplir el compromiso europeo de reducir el déficit público del 3,1% del año pasado al 2,2% en 2018: en hacienda María Jesús Montero y en Economía Nadia Calviño, con una experiencia de 12 años en altos cargos en Bruselas.
Además de Calviño, Sánchez colocó en Exteriores a Josep Borrell, ex presidente de la Eurocámara de 2004 a 2007, para marcar la postura europeísta de su gobierno, en plenos preparativos del Brexit y cuando en Italia acaba de asumir un gobierno euroescéptico.
Borrell, un catalán de 71 años que destacó en los últimos meses por sus duras críticas al separatismo regional, advirtió que España «se enfrenta quizás al mayor problema al que se puede enfrentar un país, que es su integridad territorial».
– El desafío catalán –
Una de los primeros retos del gobierno de Sánchez será abordar el asunto de Cataluña, que acaba de recuperar su autonomía suspendida tras la fallida declaración de independencia en octubre pasado.
En Barcelona, el gobierno separatista catalán, dijo esperar que se pueda producir una reunión entre Sánchez y el presidente regional Quim Torra, un independentista del ala dura que sigue preconizando una república catalana.
«Muy optimistas no somos (…) pero hay siempre la esperanza de que se abra una ventana de oportunidad para que haya cambios», dijo ante periodistas Elsa Artadi, portavoz del gobierno catalán que evitó prometer fidelidad a la Constitución española al asumir el cargo el pasado sabado.
En el día a día será otra catalana quien deberá tratar con el gobierno de Torra: Meritxell Batet, barcelonesa de 45 años, nombrada ministra de Política Territorial.