México, 7 de junio de 2018 (Notimex).- El candidato a la Presidencia de la República de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya Cortés, afirmó que eliminar la reforma educativa “sería un crimen”, por lo que sólo se debería redireccionar su instrumentación a la capacitación.
Consideró que la instrumentación actual de dicha reforma ha provocado tensión con el magisterio porque se gasta más en las evaluaciones que en capitación de los maestros, “hay que corregir la reforma, poner acento en la capacitación y que los exámenes tiene que ser en tres planos: maestros, alumnos y a las autoridades”.
En entrevista en W Radio, el aspirante presidencial indicó que entre sus propuestas en materia educativa está la escuela de tiempo completo, donde los niños tengan además una comida saludable, mientras sus padres se capacitan para sus empleos.
Expuso que de ganar las elecciones de julio próximo, trabajaría sobre todo en combate a la corrupción y a la violencia, y en abatir la pobreza y la desigualdad.
Respecto a la seguridad, Anaya Cortés dijo que se debería aplicar una nueva estrategia en el tema preventivo e invertir en deporte, promoción de la cultura, empleo y oportunidades de educación para los jóvenes.
Además, propuso una nueva secretaría para que atienda los temas de seguridad específicamente, duplicar el tamaño de la Policía Federal, y mantener el apoyo de la Marina y de las Fuerzas Armadas mientras no se tengan policías bien pagados y capacitados.
Sostuvo que la corrupción y la impunidad es el principal problema del país, por lo que reiteró en su propuesta para reformar los artículos 102 y 108 constitucionales para el presidente sea juzgado por corrupción durante su cargo y que la Fiscalía que investigue estos casos sea autónoma.
“No porque llega alguien honesto, se van a contagiar los demás; la solución está en el diseño correcto de las instituciones y así no hay manera de llegar a la corrupción”, asentó.
Ofreció además un ingreso básico universal de mil 500 pesos para las familias en pobreza, que financiaría del dinero extra que obtiene el gobierno de sus recaudaciones, y en paralelo, se invertiría en educación, salud e infraestructura para ser competitivos, atraer inversión y generar empleos.