Nueva York, 23 de junio de 2018 (ANSA).- Después de haber recibido en la semana un vendaval de repudios por su política de separación de niños migrantes de sus madres y padres tras cruzar la frontera con México, el presidente estadounidense, Donald Trump, insistió hoy en que su país no puede abrirse a todas las familias. Además, sostuvo que sólo en Congreso puede resolver el problema de la inmigración ilegal.
«Nuestro país se encuentra afrontando una crisis de inmigración ilegal en la frontera: no podemos tener fronteras abiertas para todas las familias y los menores ilegales. Tenemos que tener reglas», afirmó Trump.
El magnate realizó esas declaraciones en su discurso semanal a la nación, no obstante esta semana, ante el drama de la separación de familias, se vio obligado a emitir una orden ejecutiva para revertir esa práctica.
El mandatario volvió a cargar contra los demócratas, a quienes en los últimos días acusó de no preocupase por la seguridad fronteriza. «Los demócratas respaldan una ley que previene a las familias que sean detenidas y retiradas en conjunto: quieren que todos sean liberados en nuestro país prescindiendo si son peligrosos o no».
«Pueden ser asesinos, pueden ser ladrones, pueden ser gente horrible, y para los demócratas está bien. No quieren una frontera segura, están bien con el crimen, pero nosotros no», prosiguió.
«Los demócratas respaldan las lagunas de nuestra ley federal, que permitió a medio millón de familias de inmigrantes ilegales ser liberadas en Estados Unidos desde 2014, a expensas de los contribuyentes». «Incluso si los inmigrantes ilegales pueden ser detenidos sólo por días o semanas, se necesita años antes de que los casos singulares sean examinados por el sistema legal», aseguró Trump.
«Empujar la ola de familias ilegales y menores de edad es la convicción de que no habrá consecuencias por la entrada ilegal al país», subrayó el magnate, quien insistió al Congreso que actúe en ese sentido. «Necesitamos los votos demócratas, sin ellos no podemos hacerlo», añadió.