México, 29 de agosto de 2018.- Como en un primer día de escuela, los nuevos senadores de la República llegaron temprano a la que será su casa por los próximos seis años, ubicada en el cruce de las avenidas Reforma e Insurgentes.
Algunos lo hicieron caminando, otros como Ricardo Monreal Ávila, coordinador de la bancada de MORENA, en bicicleta.
Quien más porras llevó y quien más apoyos juntó fue el secretario general del Sindicato de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana, Napoleón Gómez Urrutia, ahora senador por MORENA.
Cinco mil mineros lo vitorearon antes de su llegada al recinto senatorial.
“¡Es un honor estar con Napoleón!”, fue una de las tantas consignas que se escucharon al unísono.
Minutos después, el poderoso líder sindical llegó al Senado, abordo de una lujosa camioneta, marca Toyota, valuada en 1.5 millones de pesos. Lo esperaba su abogado, Marco Antonio del Toro, el mismísimo defensor de la maestra Elba Esther Gordillo Morales.
A las arengas de los mineros se unió Ricardo Monreal Ávila quien alzó el puño izquierdo en señal de triunfo.
Las y los nuevos senadores manifestaron su orgullo de representar al pueblo en la casa donde se hacen las leyes.
El coahuilense Armando Guadiana fue claridoso y aseveró que en MORENA no habrá línea, ni siquiera de Andrés Manuel López Obrador.
Los senadores recibieron su primer regaño. La maestra en Economía, Ifigenia Martínez, senadora de MORENA que presidió la Mesa de Decanos, los llamó al orden cuando la efusividad comenzaba a desbordarse, los abrazos a florecer y las selfies no cesaban.
“Siéntense por favor, todavía no es tiempo de felicitaciones. Eso viene después”, les dijo la maestra Ifigenia.
