Pide Papa unidad y clama contra abusos

Ciudad el Vaticano, 8 de septiembre de 2018.- «La Iglesia tiene necesidad de unión, no de solistas fuera del coro o de conductores de batallas personales», dijo hoy el Papa Francisco en un mensaje en el que pidió dejar los protagonismos y clamó contra los abusos de todo tipo, tanto de poder como sexuales.

«El pastor reúne, es obispo para sus fieles y cristiano con ellos. No es noticia de los diarios, no busca el consenso mundano, no está interesado en cuidar de su buen nombre, sino que ama mantener la comunión. No sufre de falta de protagonismo», dijo el pontífice en una audiencia con obispos en territorios de misiones.

El Papa llamó a «huir del clericalismo, un modo anormal de entender la autoridad en la Iglesia, muy común en numerosas comunidades en las cuales se verificaron comportamientos de abuso de poder, de conciencia y sexuales. El clericalismo corroe la comunión», agregó.

«Decir no al abuso, ya sea de poder, de conciencia o cualquier abuso significa decir con fuerza no a cualquier forma de clericalismo. Por lo tanto no se sientan señores del rebaño, no son patrones de la grey, aunque otros lo hicieran o los usos del lugar lo favorecieran. El pueblo de Dios, para el que se ordenaron, los debe sentir como padres no como patrones», dijo.

«Padres considerados, nadie les debe mostrar señales de sumisión. Porque en esta coyuntura histórica parecen acentuarse en varias partes ciertas tendencias de ‘liderismo'», añadió.

«Mostrarse como hombres fuertes, que mantienen las distancias y mandan a los demás, podría parecer cómodo y cautivador, pero no es un comportamiento evangélico», advirtió Jorge Mario Bergoglio. Los obispos son «pastores para el rebaño no por razones de prestigio o de carrera, que es algo malo. No sean trepadores, por favor, ni tampoco ambiciosos», les pidió.

«Es fácil llevar una cruz sobre el pecho, pero el Señor nos pide cargar una mucho más pesada sobre las espaldas y el corazón: nos pide compartir su cruz. El Evangelio no se anuncia sentados, sino en camino.

El obispo no vive en una oficina, como un administrador de empresa, sino entre la gente, en las calles del mundo, como hizo Jesús», subrayó. Un pastor de la Iglesia «no se complace en el confort, no ama la vida tranquila y no ahorra energías, no se siente príncipe, sino que se prodiga hacia los demás, abandonándose a la fidelidad hacia Dios. Si buscara apoyos y seguridades mundanas no sería un verdadero apóstol del Evangelio», advirtió.

«Cuídense de la mundanidad. Existe siempre el riesgo de mirar más por las formas que por la sustancia, de transformarse en actores antes que en testigos», expresó Bergoglio.

Por último tuvo una mención aparte sobre los seminarios de formación sacerdotal y su importancia para la Iglesia.

Los seminarios son «los viveros del mañana. Ahí están en casa. Verifiquen cuidadosamente que estén guiados por hombres de Dios, educadores capaces y maduros que, con la ayuda de las mejores ciencias humanas, garanticen la formación de perfiles humanos sanos, abiertos, auténticos y sinceros», concluyó Francisco.