Santiago de Chile, 9 de septiembre de 2018 (ANSA).- Una multitudinaria marcha se realizó hoy en memoria de las víctimas del Golpe Militar que hace 45 años depuso al gobierno constitucional de Salvador Allende (1970-1973).
La tradicional caminata se inició en el centro de Santiago encabezada por los familiares de detenidos desaparecidos que llevaban en sus pechos la tradicional foto en blanco y negro reclamando ¿Dónde están?.
Le seguían lienzos con la consigna «Verdad y Justicia Ahora», además de jóvenes en batucadas y gritos en contra de los beneficios carcelarios que ha entregado la Corte Suprema a los condenados por crímenes de lesa humanidad Una asistencia mayor a la registrada el año pasado e incidentes menores marcaron el acto que culminó en el memorial de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos ubicado a la entrada del cementerio general.
«Corte Suprema, vergüenza nacional», fue el grito predominante en rechazo al máximo tribunal, cuyos jueces enfrentan una inminente acusación por abandono de deberes y vulneración de las leyes internacionales.
La presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, Alicia Lira, dijo que «ha sido un largo camino en búsqueda de la verdad y justicia» y fustigó que el presidente Sebastián Piñera haya encabezado una «campaña de impunidad con algunos jueces de la Corte Suprema» al reunirse con algunos de ellos durante esta semana.
La diputada comunista Carmen Hertz, impulsora de la acusación constitucional, calificó de «lamentable» la gestión del mandatario en materia de derechos humanos.
«Este Gobierno se estrenó retirando el aporte reparatorio a los presos políticos víctimas de tortura», mencionó la abogada y viuda del periodista Carlos Berger, desaparecido desde 1973.
«Después se hace una relativización evidente de los crímenes de exterminios, por lo tanto, el balance que podemos hacer en esta materia es mísero», agregó Hertz.
Al llegar al cementerio, encapuchados se enfrentaron con Carabineros tras quemar una tienda y levantar barricadas.
Los manifestantes se dirigieron luego hasta el Mausoleo de la Familia Allende, para dejar flores en memoria del exmandatario.
La prensa hizo hoy una amplia cobertura a los 45 años del Golpe, con entrevistas a distintas personalidades. Entre estas, a uno de los pocos sobrevivientes, el expresidente del Partido Socialista, Carlos Altamirano, el número uno de la lista de los más buscados por los golpistas «para matarme», recordó.
Perteneciente a la aristocracia, estuvo 17 años en el exilio en Alemania y Francia. Por muchos años se le responsabilizó de la crispación de la sociedad pregolpe, de no respetar a Allende, de que su discurso alertó a las Fuerzas Armadas, etc.
A su regreso se automarginó de la contingencia política y evitó los actos públicos, salvo hace dos años y medio cuando hizo guardia al féretro del expresidente demócrata cristiano, Patricio Aylwin, su enemigo político hasta antes de 1973.
Hoy, a sus 93 años, declaró a La Tercera que «no quiere que lo recuerden». Al otro lado de la historia, los Pinochet también guardan silencio. Lucía Hiriart -viuda del dictador Augusto Pinochet-, pasa sola a sus 95 años en su amplio departamento del exclusivo sector de La Dehesa, en el sector oriente de Santiago Dicen que el tiempo y la distancia han acercado a los cinco hermanos, aunque están lejos de ser amigos entre todos, pero la muerte del ex dictador diciembre de 2006 y la salud de la matriarca del clan han empezado a borrar las disputas.
Dos enfermeras acompañan a Doña Lucía y ellas le ayudan a conectarse vía Skype con su hija menor, Jacqueline, quien vive en Estados Unidos. Ella le ha dicho que vuelve a vivir a Chile este mes, luego de separarse del empresario Jorge Castaño, su cuarto marido, con quien residía en Miami desde 2012. La idea de la quien dicen es la hija predilecta es estar más cerca de su mamá.
De la fortuna acumulada por los Pinochet, aún se encuentra embargada por la arista penal que investiga el origen de sus bienes y que el Conejo de Defensa del Estado intenta retener. La familia espera liberar 15.4 millones de dólares para hacer la posesión efectiva de la herencia, cuya repartición quedó establecida en el testamento de Pinochet.