Washington, 27 de septiembre de 2018 (AFP).- La mujer que acusa de agresión sexual al candidato de Donald Trump para la Corte Suprema de Estados Unidos, el juez Brett Kavanaugh, dijo este jueves en la apertura de la audiencia que estaba «aterrada», pero que era su «deber» testificar, durante una declaración leída al borde del llanto.
«No estoy aquí porque quiero. Estoy aterrada», dijo Christine Blasey Ford cuando compareció en la mesa de testigos en una sala abarrotada en la Comisión Judicial del Senado, en una sesión que comenzó a las 10H00 (14H00 GMT) con una introducción del presidente de la entidad, el republicano Chuck Grassley.
En la audiencia, que es transmitida en directo por televisión, la académica experta en psicología aseguró que Kavanaugh intentó violarla en una fiesta de estudiantes, algo que el juez niega. El magistrado de 53 años se juega todo su futuro en esta audiencia.
«Yo creí que me iba a violar», dijo a la comisión, enumerando los detalles de la noche.
Entre las grandes expectativas de la audiencia estaba ver por primera vez el rostro de Blasey Ford de la cual sólo se conocían fotos antiguas y una imagen de las redes sociales en las que aparecía con lentes de sol.
Al inicio de la audiencia esta académica experta en trauma comparecía con un traje azul marino y sus ojos enmarcados por lentes ópticos traslucían un leve nerviosismo.
«Creo que es mi deber cívico contarles a ustedes lo que me pasó cuando Brett Kavanaugh y yo estábamos en secundaria», dijo, leyendo palabra a palabra una declaración ya preparada, con silencios intercalados mientras intentaba luchar contra las lágrimas.
La académica experta en trauma contó que durante mucho tiempo tuvo demasiada vergüenza para hablar de lo sucedido, pero que seguía sufriendo las consecuencias.
«Los detalles de esa noche que es lo que me trae aquí son cosas que nunca voy a olvidar. Han quedado grabados en mi memoria y me han atormentado por momentos en mi vida adulta», dijo.
Si Blasey Ford consigue convencer al presidente estadounidense de la veracidad de sus acusaciones, éste afirmó que podría renunciar a su candidato y proponer a otra persona.
Pero hasta ahora, pese a que crecen las denuncias de supuestos abusos contra Kavanaugh, Trump ha mantenido su apoyo al magistrado.
Hace dos semanas, Kavanaugh parecía encaminado a obtener el visto bueno del Senado para entrar en la Corte Suprema, una jurisdicción que dirime cuestiones fundamentales de la sociedad estadounidense, como el derecho al aborto, a portar armas de fuego y los derechos de las minorías.
Para Trump, colocar a un juez conservador en un cargo vitalicio en la alta corte sellaría su objetivo de dejar en minoría a los jueces progresistas o moderados durante muchos años.