Caravana descansa en la Ciudad de México y espera decisiones

México, 6 de noviembre de 2018.- Después de recorrer 1.200 kilómetros por territorio mexicano, miles de migrantes descansaron en Ciudad de México, un punto clave en su trayecto. En la capital del país tendrán que decidir su ruta a seguir rumbo a Estados Unidos _ cuya frontera sigue estando muy lejos _ y si tendrán algún tipo de negociación con las autoridades, como lo habían planteado algunos coordinadores del grupo.

Agotados y arropados con cobijas, tras llegar a la altura de la capital luego de semanas de caminar en un clima asfixiante, miles durmieron en alguna de las cuatro carpas que las autoridades instalaron en el estadio Jesús Martínez y el área que lo rodea. Otros se acomodaron en las gradas o en pequeñas tiendas de campaña instaladas en el césped del estacionamiento.

Los funcionarios capitalinos esperaban recibir el lunes a unos 5.000 viajeros. Nashieli Ramírez, de la Comisión de Derechos Humanos de la capital del país, aseguró que los migrantes podrán permanecer en el estadio el tiempo necesario.

A la espera de que toda la caravana quedara reagrupada de nuevo, el martes estaba previsto dedicar la jornada a descansar y a recibir asesoría legal sobre los requisitos para solicitar refugio en México o asilo en Estados Unidos, dijo Alex Mensing, uno de los activistas que acompañan a los migrantes.

Autoridades locales, de Cruz Roja, Protección Civil, Unicef y numerosas ONG se dieron cita en el lugar para apoyar a la caravana.

Al mediodía algunos aprovecharon unos contenedores con agua colocados en el recinto para bañarse o lavar ropa, y poco después comenzaron a formarse para acceder al comedor, donde se repartió pollo con arroz y frijoles. Enfrente, la gente se amontonaba sobre unas mesas buscando ropa donada que les pudiera servir y los niños jugaban en otras zonas. Incluso algunos disfrutaban de un masaje que ofrecían voluntarios.

Los servicios médicos fueron continuos. Muchos llegaban con afecciones respiratorias y lesiones por caminar. “Desde que llegamos no hemos parado”, dijo Tania Escobar, enfermera de la Secretaría de Salud del gobierno de la ciudad.

Los tramos recorridos en los últimos días, por los estados de Veracruz y Puebla, fueron especialmente complicados por la gran presencia del crimen organizado, razón por la cual la Comisión Nacional de Derechos Humanos había pedido a las autoridades que estuvieran especialmente alerta.