Yokohoma, Japón, 8 de febrero de 2020.- “Cuando nos autorizan ir a cubierta, tenemos que usar máscaras, mantener una distancia de un metro entre nosotros y no nos dejan tener conversaciones en grupo».
Ese es el relato de David Abel, un británico a bordo del Diamond Princess, un crucero con casi 3.700 personas en cuarentena que debe pasar dos semanas en la costa de Japón por el brote del coronavirus.
Este viernes se confirmó que otros 41 pasajeros fueron diagnosticados con este nuevo virus. Hasta ahora, 61 personas de 10 nacionalidades que estaban en el Diamond Princess fueron trasladadas a hospitales.
Los nuevos casos en el crucero elevan hasta un total de 86 las personas contagiadas en Japón, el país con más casos después de China, epicentro del brote que ya ha matado a más de 600 personas e infectado a más de 30.000 en 26 países -más del 99% en territorio chino-.
Según los relatos de Abel en Facebook, todo el mundo a bordo está constantemente sujeto a mediciones de temperatura corporal. Cualquier aumento inesperado es comunicado al equipo médico.
«Comenzamos a sacar piezas que estaban en la bolsa de la ropa sucia para usarlas nuevamente», dice Abel. «Estamos lavando la ropa interior a mano, con jabón».
Y rara vez se salen. «Hay pasajeros en cabinas sin ventanas, luz solar o aire fresco, pero el capitán ha anunciado que se les permitirá frecuentar la cubierta para hacer ejercicio y respirar aire fresco».
El pasajero británico del Diamond Princess proporciona actualizaciones periódicas a través de Facebook.
«Debemos revisar nuestra temperatura de forma regular y, si se incrementa por encima de lo normal, contactar a los servicios médicos a bordo».
«Los pasajeros en las pequeñas cabinas interiores no tienen ventanas, no hay luz solar ni aire fresco… pero el capitán ha anunciado que tendrán acceso a la cubierta para hacer ejercicio y tomar aire fresco».
«Si se nos permite salir a cubierta, tenemos que usar una máscara cuando estamos afuera. Tenemos que mantenernos a un metro de distancia de todos los demás y no se nos permite juntarnos en grupos».
«Aquellos días de lujo en que un camarero venía a hacerte la cama y te dejaba un chocolate sobre la almohada se acabaron. Tenemos que mantener la limpieza e higiene de nuestra propia habitación».
«Nuestra ropa interior la estamos lavando a mano, no tenemos nada más que jabón de manos».
«El primer día de aislamiento, el suministro de alimentos no fue bueno. Ahora es excelente».
Otro pasajero, Spencer Fehrenbacher, le dijo a la BBC que le hicieron la prueba del virus hace varios días, pero que no le habían informado sobre el resultado.
«Podrían llamar a mi puerta en cualquier momento con las noticias», dijo. «Es una sensación muy aterradora». (Con información de BBC)