Marbella, España, 12 de febrero de 2020 (El País) De coto de caza a finca del magnate y traficante saudí Adnan Khashoggi y después, a urbanización de lujo.
De lujo y discreción. Así es La Zagaleta, el complejo residencial a unos 20 kilómetros de Marbella, en el pueblo malagueño de Benahavís, al sur de España, donde este miércoles ha sido detenido el exdirector de Pemex Emilio Lozoya.
Aunque habría sido localizado hace días, no se sabe cuánto tiempo llevaba Lozoya refugiado en este enclave paradisíaco, frecuentado por las grandes fortunas de todo el mundo, ni quiénes eran sus anfitriones.
No es fácil entrar. La seguridad y el silencio son las normas y se exige confidencialidad a los empleados. «No hay registro de que este señor haya entrado ni salido.
Pensamos que ha entrado con nombre falso, invitado por algún residente o de otra manera, pero no es propietario de ninguna vivienda en La Zagaleta, ni tampoco había alquilado», aseguran desde la urbanización.
Fuentes de la investigación dicen que apenas salía. Ha sido detenido esta mañana por la policía nacional a bordo de un taxi, en el que viajaba solo, tras abandonar la vivienda. Fuentes policiales han asegurado que se lo ha tomado con tranquilidad. “Ha sido educado”, han subrayado los agentes a EL PAÍS.
Este ha sido el final de la larga fuga de Lozoya desde que huyó de México y de una operación policial que ha durado nueve meses.
La investigación, que comenzó en la primavera de 2019, se ha complicado en numerosas ocasiones por el “alto poder adquisitivo” y los “lazos internacionales” que dificultaban la localización de Lozoya.
Al final, las pistas condujeron a una de las localizaciones preferidas por los prófugos de la justicia: la Costa del Sol. Cerca de Málaga, elegida este año por medios como Le Monde como una de las ciudades españolas de moda, se trata de una maraña de urbanizaciones a lo largo de 70 kilómetros junto al litoral mediterráneo.
Su corazón es Marbella, la ciudad más ostentosa y destino vacacional y residencial de magnates árabes y multimillonarios. Tiene 141.000 habitantes.
La urbanización más exclusiva es precisamente La Zagaleta, una finca de 900 hectáreas que cuenta con un riguroso control de acceso y donde existen 240 mansiones de ensueño cuyos propietarios son, en su mayoría, anónimos.
Es precisamente lo que buscan quienes residen allí: pasar desapercibidos, el máximo lujo, y uno de los ingredientes por los que fugitivos como el exdirector general de Pemex eligen Marbella y sus alrededores para esconderse de la justicia.
La historia de la urbanización arranca en 1989 cuando se subastó la finca de Khashoggi, quien perdió su fortuna tras ser detenido en Estados Unidos por algunos negocios turbios, aunque acabó absuelto. Cabían 4.000 casas, pero sus fundadores redujeron la edificabilidad a 400 parcelas.
Las lujosas residencias de La Zagaleta, que tienen precios de entre cinco y 50 millones de euros (entre 5,5 y 54 millones de dólares), acogen a futbolistas, empresarios y multimillonarios de todos los rincones del planeta, algunos de ellos de Silicon Valley.
Hay dos nombres conocidos: el del fundador de la compañía de teléfonos Orange, Hans Snook, y el de lord Stanley Fink, extesorero del Partido Conservador británico. Es el vecindario más exclusivo de España.
Fuentes policiales explican que la nutrida presencia de extranjeros -ya sea porque viven ahí o están de vacaciones-, ayuda a conseguir el anonimato y los numerosos negocios que ofrecen todo tipo de servicios de manera discreta facilitan la adaptación. Nadie conoce a nadie y las cámaras no pueden grabar a personas concretas.
El buen clima hace el resto: 300 días de sol al año y una temperatura media que ronda los 20 grados, con inviernos y veranos suaves.
“Ese es un gran punto a favor para este escondite. Los fugitivos que vienen aquí son gente con mucho dinero y, por supuesto, quieren disfrutarlo en un paraíso”, cuentan fuentes policiales. Lujo y discreción.