México, 31 de marzo de 2020.- En medio de la pandemia del coronavirus en el mundo, los médicos y enfermeras de México se les paga poco y se les exige mucho, en comparación con economías más avanzadas y países con un nivel de desarrollo similar al nuestro.
Una investigación del Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado, titulada “Las remuneraciones del personal de salud en México entre el amor al arte y los esfuerzos débilmente recompensados”, revela que en el país los doctores perciben en promedio de 16 mil 146 pesos mensuales, lo que representa casi una tercera parte del salario promedio de esta profesión en países como Brasil y España.
Mientras que el personal de enfermería, por su parte gana en promedio 9 mil 909 pesos al mes, esto es, menos de la mitad de lo que ganan las enfermeras en Chile o Italia.
Esta discrepancia salarial no es nueva, sino que forma parte de los rezagos estructurales e históricos de nuestro sistema en general y de manera particular en el de salud y que saltan a la vista en el contexto de la pandemia del COVID-19.
Lo que es un hecho es que las remuneraciones del personal de la salud en México no corresponden con su nivel de responsabilidades, ni con sus años de estudios, ni con las duras jornadas de trabajo que cumplen, ni tampoco con el nivel de respeto y confianza que tienen ante la sociedad.
El estudio reconoce que en estos momentos hay un ejército de mujeres y hombres valientes y comprometidos con su país que lo están entregando todo para preservar la vida de las personas y que lo están haciendo, fundamentalmente, por vocación de servicio y amor al arte.
Se señala que lo menos que se puede hacer por los médicos, médicas, enfermeros y enfermeras en la contingencia actual, es aligerar su carga de trabajo, atendiendo las indicaciones de la Jornada Nacional de Sana Distancia y contribuyendo en lo que está a nuestro alcance para aplanar la curva de contagios.
El análisis del IBD destaca que no se puede dejar de exigir que se le dote al personal de la salud del equipo de protección para que pueda cumplir con su labor con el menor riesgo de contagio posible.
Además, sería pertinente y justo que se otorgarán incentivos económicos al personal médico y de enfermería que se encuentra prestando sus servicios durante la crisis, de la misma manera en que lo están haciendo países como Argentina.