Galveston, Texas, 26 de agosto de 2020 (AP).— Los meteorólogos esperan que Laura gane fuerza rápidamente hasta convertirse en un catastrófico huracán de categoría 4, aún más potente de lo previsto, mientras se acerca a Texas y Luisiana acumulando vientos y precipitaciones que ahora cubren gran parte del Golfo de México.
Las imágenes satelitales mostraban que Laura se ha convertido en “un tremendo huracán” en las últimas horas, amenazando con arrasar viviendas y anegar comunidades enteras. Sufrió una notable intensificación “y no hay indicios de que vaya a detenerse pronto” mientras avanza sobre las cálidas aguas del centro del Golfo de México”, explicó el miércoles temprano el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
Los vientos máximos sostenidos del meteoro han aumentado a 175 km/h (110 mph) con rachas más fuertes, agregaron los meteorólogos.
“Esperamos cortes de electricidad generalizados, árboles derribados. Habrá daños en casas y negocios”, dijo Donald Jones, meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología en Lake Charles, Luisiana, que está cerca de la trayectoria que se espera que siga la tormenta.
“Les digo que esta va a ser una situación muy grave”, agregó.
Un huracán de categoría 4 provocará daños catastróficos: “Los cortes de electricidad durarán semanas y posiblemente meses. La mayor parte de la zona estará inhabitable por semanas o meses”, dijo la agencia meteorológica.
En la evacuación más grande en Estados Unidos durante la pandemia de coronavirus, más de medio millón de personas recibió el martes la orden de desalojar la costa del Golfo de México antes de la llegada de Laura.
Más de 385.000 residentes recibieron instrucciones para evacuar las ciudades texanas de Beaumont, Galveston y Port Arthur, y otras 200.000 para las tierras bajas del suroeste de Luisiana, donde los meteorólogos dijeron que una marejada ciclónica de alrededor de 4 metros (13 pies) de altura, coronada por olas, podría sumergir comunidades enteras.
Según el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, Laura se parece mucho al huracán Rita que arrasó el suroeste del estado hace 15 años.
“Vamos a tener inundaciones significativas en lugares donde normalmente no tenemos”, apuntó.
Se espera que las aguas oceánicas se adentren en tierra firme a lo largo de más de 720 kilómetros (450 millas) de costa, desde Texas hasta Mississippi. Se emitieron alertas por huracán desde San Luis Pass, Texas, hasta Intracoastal City, Luisiana. También había advertencias por marejada ciclónica desde Port Arthur, Texas, hasta la desembocadura del río Mississippi.
El número de evacuados podría aumentar si la trayectoria del huracán gira hacia el este o el oeste, dijo Craig Fugate, ex director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias.
Ante el temor a que los residentes no se marchen a tiempo, Edwards dijo que quienes estén en el suroeste de Luisiana tienen que llegar al lugar donde van a esperar el paso de Laura antes del mediodía del miércoles, cuando comenzarán a notarse los efectos del meteoro.
Las autoridades instaron a la gente a quedarse con familiares o en habitaciones de hotel para evitar la propagación del COVID-19. Los autobuses contaban con equipos de protección y desinfectante, y trasladarán a menos pasajeros para mantener la distancia social, señalaron las autoridades de Texas.
El huracán supone también una amenaza para un importante centro energético del país. De acuerdo con el gobierno, el 84% de la producción de petróleo del golfo y cerca del 61% de la de has natural se pararon. Cerca de 300 plataformas han sido desalojadas.
Aunque los precios del petróleo suelen dispararse antes de la llegada de un gran huracán por la ralentización de la producción, el descenso de la demanda a causa del coronavirus podría evitar las alzas en esta ocasión.
El martes en la noche, Laura estaba a 700 kms (435 millas) al suroeste de Lake Charles, Luisiana, y se movía en dirección oeste-noroeste a 28 km/h (17 mph) con vientos máximos sostenidos de 140 km/h (85 mph).
Laura pasó sobre Cuba luego de causar la muerte de 20 personas en Haití y de otras tres en República Dominicana, donde provocó cortes de electricidad y fuertes inundaciones.