México, 7 de octubre de 2020.- La mayoría de Morena junto con sus aliados políticos aprobó con 65 votos en pro, 49 en contra y una abstención el dictamen para que se realice la consulta popular solicitada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, para juzgar a sus predecesores por la comisión de posibles actos de corrupción.
Entre Morena y la oposición se dio un debate ríspido.
Entre los escaños apareció la panista Xóchitl Gálvez con una pancarta en letras rojas que decía: “Denúncielos”.
Refiriéndose a los expresidentes y que Morena presente las pruebas para tal efecto.
En respuesta, senadoras de Morena portaron cartelones negros con letras blancas, que decían: “Juicio a Calderón”.
Los partidos políticos fijaron postura.
Los senadores de Morena y del Partido del Trabajo, coincidieron que la consulta es un tema de trascendencia nacional para las y los ciudadanos, que permitirá su empoderamiento.
Aseveraron que los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, deben rendir cuentas al pueblo de México.
Señalaron que con la consulta se terminará con impunidad y la corrupción.o,
Sin embargo, representantes del PRI, PRD y de Movimiento Ciudadano difirieron con la mayoría legislativa
La panista Lilly Téllez acusó que esta consulta es un circo de Morena, porque tiene un pacto de impunidad con Enrique Peña Nieto, para que no pase nada.
Su compañera de bancada, Gustavo Madero, la secundó:
“El peine, lo que buscan es ganar la elección. (…) Agandallar la elección a la mala, desde la Presidencia de la República con sus mañaneras y ahora cambiando para que vuelvan a poner el mismo día de la elección su méndiga consulta engañosa, mentirosa, que crispa a los mexicanos. (…) No se hagan güeyes, saben que no va a pasar nada de eso, ninguno de esos, ni Pío López Obrador, ni Irma Eréndira, ni Bartlett, nadie, todos van a quedar impunes y lo saben. (…) Cuando hagan su estúpida consulta y cuándo no pase nada, defraudarán la confianza del pueblo y matarán su esperanza que es lo único que les queda y lavarse las manos como Poncio Pilatos”.
Claudia Ruiz Massieu, senadora del PRI discrepó así:
“De nueva cuenta el Ejecutivo ha decidido renunciar a sus obligaciones constitucionales, para pretender endosar la responsabilidad política de sus omisiones a la ciudadanía. (…) No podemos respaldar un dictamen que por la urgencia con que se pretende dar trámite al asunto, está plagado de deficiencia. (…) Pretender que este pleno se pronuncie sobre la procedencia y trascendencia nacional de la consulta, solo me lo puedo explicar o, por haber recibido una instrucción de Palacio Nacional o, por el deseo obsequiar lo que ni siquiera se les ha pedido en una actitud de subordinación. (…) Es sabido que la prisa es mala consejera, pero peor consejera es la soberbia. (…) De someter este instrumento a voluntades o intereses de un grupo y no al fortalecimiento de nuestro sistema democrático, vamos a desnaturalizar el ejercicio de consulta”.
El coordinador del PRD, Miguel Ángel Mancera, afirmó que la consulta no resolverá nada.
“No se satisface el requisito de trascendencia nacional. Nos parece absolutamente ambiguo, insustancial, atemporal, ¿Cómo la voluntad popular de este instrumento va a poder marcar una efectiva participación? ¿Qué es lo que se va a decidir? ¿Cuál es la duda que se va a resolver? ¿Si se debe emprender una acción o no, pertinente? ¿Cuál?, o ¿Cuáles? ¿Emprender un proceso de esclarecimiento? ¿Cuál? ¿De las decisiones políticas tomadas en el pasado, cuáles? Vamos a resolver una duda sobre la nada”.
Dante Delgado, coordinador de Movimiento Ciudadano, reiteró que la justicia no se consulta.
“La justicia no se consulta, la justicia se aplica. (…) La consulta debió declarase inconstitucional en el momento en que la Corte consideró que el presidente no supo formular su pregunta. (…) Porque lo que está viviendo México es el fenómeno de un telepresidente dado al circo mediático, a la simulación y a la construcción de ficciones públicas. La tarea de la Corte no debería ser la de guiarse por vaivenes políticos, la Corte no es un termómetro de la opinión pública, la Corte tendría que ser un garante del Estado de derecho y falló”.
La minuta se turnó a la Cámara de Diputados para su ratificación.