Washington, 3 de noviembre de 2020 (AP).— Tras una campaña caracterizada por el rencor y el miedo, los estadounidenses deciden el martes si continuará en el cargo el presidente republicano Donald Trump o lo sucederá el demócrata Joe Biden para ponerse al frente de una nación arrasada por una pandemia creciente que ha causado más de 231.000 muertes, dejado sin empleo a millones y alterado totalmente la vida cotidiana.
Casi 100 millones de ciudadanos votaron anticipadamente y ahora corresponde a los votantes en la jornada electoral poner fin a la tarea cívica, luego de una campaña trastornada por el coronavirus y definida por la pregunta de quién es el más apto para enfrentarla.
Cada candidato declaró al otro incapaz de lidiar con el COVID-19, además de problemas existenciales como la justicia racial y la equidad económica.
Biden tiene varias vías hacia la victoria, mientras que Trump, retrasado en las encuestas en varios estados disputados, tiene un camino más estrecho pero aún factible para obtener los 270 votos del Colegio Electoral.
También está en juego el control del Senado: si los demócratas ganan tres bancas y Biden la Casa Blanca, controlarán a Washington por primera vez en una década ya que según los pronósticos conservarán la mayoría en la Cámara de Representantes.
Los votantes soportaban largas filas y la amenaza del virus para escoger entre dos visiones drásticamente opuestas. El récord de votos anticipados —y las escaramuzas legales en torno al recuento— provocaron denuncias infundadas de fraude por parte de Trump, quien se negó a asegurar que respetará el resultado de la elección.
En la lucha final por cada boleta, Biden viajaba a Filadelfia y su pueblo natal de Scranton en las próximas horas en una última ofensiva para conseguir que la gente vote, para luego aguardar los resultados en su casa en Wilmington, Delaware.
Su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris, visitaba Detroit, una ciudad de gran población negra, en Michigan, un estado disputado y crucial. Los acompañaban sus cónyuges.
Trump, después de una entrevista matutina por su canal preferido, el Fox News Channel, planeaba visitar la sede de su campaña en Virginia. Invitó a cientos de partidarios a un festejo por la noche en la Sala Este de la Casa Blanca.