Bogotá, Colombia, 29 de mayo de 2022 (AP).— Los colombianos que emergen de la pandemia de coronavirus votarán el domingo por su próximo presidente, eligiendo entre seis candidatos que prometen diversos grados de cambio en medio de la creciente desigualdad, la inflación, la violencia y el descontento con el status quo.
La boleta incluye al exguerrillero Gustavo Petro, quien lidera las encuestas y podría convertirse en el primer presidente izquierdista de Colombia.
Pero las encuestas también muestran que no alcanzó el 50% de los votos necesarios para ganar en la primera vuelta y evitar una segunda vuelta contra el segundo clasificado.
Detrás de él hay un magnate populista de bienes raíces que promete recompensas monetarias por información sobre funcionarios corruptos y un candidato de derecha que ha tratado de distanciarse del actual presidente conservador, Iván Duque, que no gusta mucho.
Esta es la segunda elección presidencial desde que el gobierno firmó un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, conocidas como FARC, pero el acuerdo divisivo no fue un tema central de la campaña ya que asuntos como la pobreza y la corrupción atrajeron más atención.
Es el tercer intento de Petro de ser presidente del país sudamericano. Fue derrotado en 2018 por Duque, quien no es reelegible.
Su victoria marcaría el comienzo de una nueva era política en un país que siempre ha sido gobernado por conservadores o moderados mientras margina a la izquierda debido a su asociación percibida con el conflicto armado de la nación.
Una vez fue un rebelde del ahora desaparecido movimiento M-19 y se le concedió amnistía después de ser encarcelado por su participación en el grupo.
Ha prometido hacer ajustes significativos a la economía, incluida una reforma fiscal, así como cambios en la forma en que Colombia lucha contra los cárteles de la droga y otros grupos armados.
Su principal rival durante la mayor parte de la campaña ha sido Federico Gutiérrez, un exalcalde de Medellín que cuenta con el respaldo de la mayoría de los partidos tradicionales de Colombia y se postuló con una plataforma de crecimiento económico a favor de las empresas.
Gutiérrez ha prometido combatir el hambre con la extensión de subsidios y alianzas público-privadas para que los alimentos que de otro modo se desperdician se destinen a los más pobres.
Una encuesta de Gallup realizada a principios de este mes mostró que el 75% de los colombianos cree que el país va en la dirección equivocada y solo el 27% aprueba a Duque.
Una encuesta realizada el año pasado por Gallup encontró que al 60% de los encuestados les resultaba difícil sobrevivir con sus ingresos.
La pandemia de coronavirus retrasó los esfuerzos contra la pobreza del país en al menos una década.
Las cifras oficiales mostraron que el 39% de los 51,6 millones de residentes de Colombia vivían con menos de $89 al mes el año pasado, lo que representa una ligera mejora con respecto a la tasa del 42,5% de 2020.
Mientras tanto, la inflación del país alcanzó sus niveles más altos en dos décadas el mes pasado.
La administración de Duque ha justificado la tasa del 9,2% de abril para abril diciendo que es parte de un fenómeno inflacionario global, pero el argumento no ha apaciguado el descontento por el aumento de los precios de los alimentos.
Además de los desafíos económicos, el próximo presidente de Colombia también deberá enfrentar un complejo problema de seguridad y corrupción, que es una de las principales preocupaciones de los votantes.









