México, 23 de octubre de 2019.- Rosario Ibarra de Piedra le dejó en custodia al presidente Andrés Manuel López Obrador la Medalla de Honor Belisario Domínguez, con la que fue distinguida este miércoles y, se la devuelva cuando haya encontrado a su hijo Jesús Piedra Ibarra y le haga justicia a los demás desaparecidos en gobiernos pasados.
Este miércoles, en sesión solemne, el Senado entregó la Medalla Belisario Domínguez en su edición 2019 a la activista y política Rosario Ibarra de Piedra.
Su avanzada edad y su frágil estado de salud, le impidieron recibirla personalmente. En su nombre lo hizo su hija Rosario Piedra Ibarra.
Claudia, su otra hija, habló por ella y, recordó los 40 años de lucha del Comité Eureka, que fundó su madre, en pro de los presos y desaparecidos políticos.
En el discurso expresó la rabia e indignación que tiene su nieto, porque en los casi 12 meses de este gobierno, las familias de desaparecidos han recibido el mismo trato que en otras administraciones
“Más de un año de ese gobierno que creyeron firmemente que sería el añorado y con el cual no habría ningún obstáculo que salvar o acuerdo que negociar, como en antaño, y no ha sido así. La justa ira de mi nieto es el resultado de saber que las familias de Eureka hoy seguimos igual que hace tantos años, recibiendo escarnio y burla de los funcionarios. (…) Esta presea que lleva el nombre de un gran revolucionario, don Belisario Domínguez y con la cual hoy me honran, trae consigo un gran fardo moral ineludible para mi consciencia y que me alienta aún más para continuar luchando para liberar a esa justicia que fue amordazada y llevada a una cárcel clandestina hace ya tantos años”.
Claudia leyó la parte en que la su madre le demanda al presidente López Obrador hacer justicia por los desaparecidos en México.
“Señor, presidente Andrés Manuel López Obrador, querido y respetado amigo, no permitas que la violencia la perversidad de los gobiernos anteriores siga acechando y actuando desde las tinieblas de la impunidad y la ignominia, no quiero que mi lucha quede inconclusa, es por eso que dejó en tus manos la custodia de tan preciado reconocimiento y te pido que me lo devuelvas junto con la verdad sobre el paradero de nuestros queridos y añorados hijos y familiares y con la certeza de que la justicia anhelada por fin los ha cubierto con su velo protector. Mientras la vida me lo permita, seguiré en mi empeño hasta encontrarlos”.
Las palabras de Rosario transmitidas por su hija provocaron lágrimas en algunos y algunas, como el caso de la presidenta del Senado, Mónica Fernández.
El grito retumbó en el Salón de Plenos de la vieja casona de Xicoténcatl: “¡Vivos se los llevaron. Vivos los queremos!”.
De inmediato, el presidente Andrés Manuel López Obrador, se puso de pie y aplaudió.
“¡Vivos se los llevaron. Vivos los queremos!”.
Rosario y Claudia alzaron el puño izquierdo en señal de una lucha que aún no termina.
Entre exiguos aplausos de 69 senadores que apenas hicieron quórum, la presidenta de la Cámara de Senadores, Mónica Fernández, entregó a Rosario Piedra Ibarra la medalla y el diploma que acreditan que su madre Rosario Ibarra de Piedra, fue la Sexagésima Octava recipiendaria del galardón que lleva el nombre del senador chiapaneco, Belisario Domínguez, asesinado el 7 de octubre de 1913 por el dictador Victoriano Huerta.
El momento lo atestiguó el presidente Andrés Manuel López Obrador, que esbozó una sonrisa para las fotografías que se imprimieron de ese instante.
Algunos de los escaños fueron ocupados por “senadores cachirules”, como el caso del actor Jesús Ochoa, presidente de la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
Otra política, catedrática, diplomática y fundadora del PRD, Ifigenia Martínez, fue la encargada de hacer la semblanza de la mujer que en 1975 inició su labor como activista, cuando el 18 de abril de ese año, su hijo Jesús Piedra Ibarra fue secuestrado por motivaciones políticas.
La hoy senadora de Morena se refirió así de quien en 1927 nació en Saltillo, Coahuila, hija de un ingeniero agrónomo y militar en la Revolución Mexicana.
“La medalla que lleva el nombre de aquel chiapaneco ejemplar, se le otorga a una ciudadana lastimada por la violencia, una madre a la cual le fue arrebatado un hijo, sin si siquiera tener la certeza de su destino. Una digna mexicana que en su andar de los últimos 40 años ha fundido el pesar personal con el dolor de la Patria”.
La excandidata presidencial y cuatro veces aspirante al Premio Nobel de la Paz, es la séptima mujer en ser reconocida con esta distinción republicana.
A esta ceremonia también asistieron los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval; de Marina, José Rafael Ojeda Durán y de Seguridad, Alfonso Durazo.
Así como el consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer y el presidente de la Corte, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea



