México, 11 de junio de 2019.- Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores afirmó que, en la negociación con Estados Unidos, México no cedió ni un centímetro de dignidad ni aceptó convertirse en tercer país seguro.
El canciller reiteró que no hubo “acuerdo oculto” con el gobierno del presidente Donald Trump.
Sin embargo, admitió que en caso de que en 45 días no haya reducción de los flujos migratorios, en el día 46 México tendrá que negociar la posibilidad de ser un tercer país seguro para los Estados Unidos, acuerdo que tendría que ser avalado por el Senado.
Hizo hincapié que este gobierno no le apuesta al fracaso o a simplemente “patear el balón”, sino al éxito de las medidas con las que se convenció al presidente Trump de posponer la imposición de aranceles.
Entre ellas, recordó, el envío de 6 mil elementos de la Guardia Nacional a la frontera sur, para contener el ingreso masivo de inmigrantes centroamericanos y permitir que los Estados Unidos devuelvan no por 3 sino por 6 puntos a migrantes que están a la espera de que se resuelva su juicio de asilo en ese país.
Señaló que el gobierno comenzó a afinar la estrategia a seguir, en caso de tener que llegar a la segunda ronda de negociación en 45 días. Negociación que dijo tendría que ceñirse a lo estrictamente migratorio y no a lo arancelario o comercial.
“En este documento vas a encontrar todo lo que se habló, lo que se dijo o lo que está en el texto que viene en un tuit que no se alcanza a leer bien, aquí está todo, no hay nada más que no esté aquí. Qué es lo que para nosotros es más importante, que tenemos la posibilidad de demostrar que tenemos razón, eso el miércoles pues parecía imposible, o era acuerdo para un tercer país seguro o tarifas. Eso significa que en lugar de aceptar un acuerdo de un tercer país seguro como el propuesto por Estados Unidos o el inicio de una guerra comercial, logramos un periodo de 45 días para demostrar la eficacia de las medidas que se adoptarían y prepararnos lo mejor posible para la negociación que podría darse en otros 45 días, si las medidas adoptadas no tienen los resultados esperados”.
En conferencia de prensa, detalló una a una las reuniones que sostuvo la delegación mexicana con su contraparte norteamericana en Washington.
Afirmó que contrario a lo que se afirma, el resultado de la negociación fue positiva para México y no sólo para Estados Unidos, principalmente, porque no se aplicaron los aranceles.
Expuso que se exploraron todas las medidas para responder a los aranceles, pero se concluyó que una guerra así hubiera tomado casi 2 años, con graves consecuencias para la economía mexicana y, por ello, se optó por la negociación.
Reuniones en las que los funcionarios de Estados Unidos insistieron en que México debía convertirse en tercer país seguro, lo que no se aceptó y que no era del interés de nuestro país.
“Por que todos los meses ha habido incremento en el flujo de migrantes irregulares hacia Estados Unidos, no hay ningún mes que haya habido un decrecimiento. Entonces, no se quiso poner una unidad de medida, o sea, un número porque nos pareció inaceptable. Y segundo lugar, lo que es evidente es el descenso del flujo de migrantes irregulares, por qué eso, porque atraviesan nuestro territorio en forma irregular en nuestro territorio, si es algo en lo que tenemos una cierta responsabilidad, porque alguien diría ¿oiga, pero no son mexicanos?, pues si, pero están en nuestro territorio, simple y llanamente no podemos eludir eso”.
Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, reconoció que Mike Pompeo, secretario de Estado, fue pieza clave para que se lograra un acuerdo el pasado viernes, pues le puso al teléfono al presidente Donald Trump.
Cuando en la primera reunión del miércoles pasado, Pompeo fue claro, Trump está decidido a imponer los aranceles, sino se frenan de inmediato los flujos migratorios.
El documento, con el resumen y contenido de las reuniones, así como la minuta de acuerdos que se firmaron, fueron remitidos al Senado para su conocimiento y análisis.









