México, 15 de abril de 2020.- Científicos de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desarrollaron una prueba rápida para detectar el nuevo coronavirus.
Se trata de un biomarcador (identifica el material genético del virus SARS-Cov-2) capaz de procesar al menos 43 muestras en hasta dos horas, con un costo de aproximadamente 300 pesos.
El equipo compuesto por 28 científicos de la UNAM envió la prueba rápida al Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) para su validación, por lo que se espera que en un mes ya pueda emplearse en los hospitales.
Nuestro biosensor tiene el potencial de detectar específicamente ácidos nucleicos, el RNA del virus, que es como su marca y permite hacerlo masivamente, a diferencia de las pruebas PCR. Es una técnica con muy pocos pasos, con muy pocos insumos y no se requieren equipos muy sofisticados y caros lo cual nos permite usarlo en lugares con poca infraestructura para procesar”, explicó a Milenio, Tatiana Fiordelisio, una de las líderes del proyecto.
La prueba rápida se logró gracias al ‘Sensor versátil de biomoléculas‘ en el que han trabajado desde hace cuatro años para la detección de otros virus, hormonas y moléculas, cuya patente ya registraron ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Una vez aprobado el biomarcador, la UNAM dotaría a hospitales y centros de investigación de un kit con una placa de reacción, mientras que el procesamiento de la prueba se adaptaría a los instrumentos con los que cuenten las instituciones.
La muestra se tomaría de la nariz o boca del paciente y se colocaría en una solución de trisol para que el virus quede inactivo y pueda transportarse sin peligro de contagio.
Los científicos también planean fabricar ‘pruebas caseras‘ de detección similares a las pruebas de embarazo, pero para ello necesitan una inversión de al menos 10 millones de pesos, para la compra de robots que fabriquen los dispositivos en masa y otros insumos.
De conseguir el dinero de manera inmediata, las pruebas caseras estarían disponibles en un mes, de lo contrario tardarían hasta seis meses en lanzarlas al mercado nacional.
Otro equipo de la UNAM hace lo propio para conseguir una vacuna contra el COVID-19, basada en investigaciones contra el Zika y el Dengue.
Laura Palomares Aguilera, del Departamento de Medicina Molecular y Bioprocesos del Instituto de Biotecnología, expuso que “si todo va bien”, iniciarían las pruebas clínicas de la vacuna en dos años. (Con información de Milenio)